miércoles, 27 de enero de 2010

Cuando dirijas “mi vida”, suelta el lastre

Que gusto verl@s por aquí, mis muy estiumad@s lectoræs.

laser005 Hoy les propongo un ejercicio de imaginación.  Quiero que se vean a ustedes mismos como los capitanes de un barco.  El barco se llama “mi vida”. Imaginen cuando nacieron, les dieron un pequeño velero, un Sunfish o un Laser.  Estábamos dispuestos a navegar, pero apenas aprendíamos a surcar las olas…

En los momentos en los que la corriente parece ser tan fuerte que nuestra vela no podrá ayudarnos a salir de ella, llegan inmensos navíos (nuestros padres) y nos remolcan hacia aguas seguras donde podemos seguir practicando nuestras habilidades de navegación.  Mientras estamos en este diminuto velero, nuestra carga es mínima.  Viajamos libres hacia donde nos lleve el viento.  No vemos hacia atrás porque estamos sentados en la popa (la sección trasera de la nave) manejando el timón sólo tenemos ojos para lo que viene.

Fishing Sailboat, Bayahibe, La Romana, Dominican Republic Poco a poco vamos acumulando recuerdos, digo equipaje, y los vamos acomodando donde quepan.  Este equipaje es peso muerto.  Lastre.  Ocupa espacio y hace que naveguemos más lento.  Sin embargo, estamos tan aferrados a este lastre que decidimos que es hora de cambiar de navío.

sailship Así, un día cambiamos el barco.  Conseguimos uno un poco más grande y nos parece que tenemos una cantidad infinita de espacio para almacenar más lastre, más recuerdos, más equipaje.  Podemos ir relativamente rápido, pero nuestra capacidad de viraje se ve altamente disminuida.  Mientras antes podíamos dar una vuelta  en cualquier esquina, ahora necesitamos un espacio más grande y un esfuerzo mayor para lograr lo que antes parecía un movimiento casi natural.  Pero nos conformamos, porque todo el mundo parece tener naves de más o menos el mismo tamaño.

sailboat111607 Seguimos ganando experiencia y de pronto nos hallamos con un problema.  Debemos conseguir nuevamente un barco más grande aún para poder meter todo nuestro lastre.  Y tanto guardamos que de pronto nos encontramos rozando el fondo de las orillas, así que debemos mantenernos alejados de las playas porque de lo contrario, encallaríamos irremediablemente.

hydroptere2 ¿Cómo evitarlo?  Pues fácil.  Debemos desprendernos del lastre.  Debemos viajar ligeros.  El conocimiento no ocupa espacio, pero el rencor, la rabia, el odio y el dolor ocupan más espacio y pesan mucho más de lo que parece.  Al lanzarlos por la borda, habiendo aprendido lo necesario de ellos sin aferrarnos, veremos como nuestro navío flotará ligero como una vez lo hiciera el Sunfish.

En fin, mis muy querid@s compañer@s de aventuras de imaginación y lectura, lo que quiero decirles es que a través del tiempo podemos ir acumulando pensamientos y sentimientos que sólo lograrán atarnos y hundirnos en la vida.  En el mundo y en el futuro ya nos enfrentaremos a diversos problemas.  No es necesario que carguemos más en nuestras espaldas.  El lastre debe ser arrojado por la borda cada cierto tiempo, así garantizamos que nuestra nave pueda volar libre y virar en la dirección que nosotros, como capitanes al mando de “mi vida”, decidamos.  Porque una vez más les digo…  La decisión siempre es nuestra.

2 comentarios:

  1. Como anillo al dedo príncipe... gracias una vez mas... Es difícil mas no imposible, pero es cierto si uno se queda con el equipaje siempre tendrás también la duda de como habrá sido esto si yo hubiese tenido otra maleta, o de otro color, o de otra forma... cuando la verdad, ya no importa, forma parte del equipaje... a la final como dices en tu escrito, sólo hacen mas peso. Besos

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  2. Pues bienvenida!!! Vuela alto y no dejes que los lastres se acumulen :D

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