lunes, 31 de agosto de 2009

¿Amar lo que haces? ¿Hacer lo que amas?

Cuando apenas estamos en el colegio, no nos preocupa en absoluto qué vamos a hacer con nuestras vidas. Al llegar a bachillerato, nos repiten insistentemente que debemos ir a la universidad, que debemos ser profesionales, que debemos estudiar para ser hombres (mujeres) de bien.

Pues bien, resulta que a través del tiempo he descubierto que lo más importante a la hora de entrar a la etapa productiva de nuestras vidas es hacer lo que amamos. Y es que puede ser que de dediques con mucho ahínco y amor a varias y muy distintas cosas, pero qué sucede al cabo de una semana, de un mes, de un año... de una década.

A la hora de elegir algo que hacer para ganar dinero, debemos estar clarísimos que nuestro desempeño a través del tiempo va a depender de que hagamos algo que realmente nos gusta... Algo a lo nos quisiéramos dedicar durante mucho mucho tiempo... Hacer lo que amamos.

Si haces lo que amas, estas benditamente condenado a tener éxito, porque no requieres mayor esfuerzo para relucir. Lo que haces, lo haces bien porque es lo que te gusta hacer.

Por ello debemos confiar en nuestro corazón, quizás parezca que brincamos como locos de un lugar a otro, que no sabemos que queremos... Y es que no todo el mundo tiene muy claro qué cosas le gusta hacer, sobretodo porque no ha probado muchas actividades... Yo, por ejemplo, no sabía cuánto disfrutaba cocinar una delicatez para luego sentarme a saborearla con mis seres queridos.

Sin duda alguna, éste es un paso en el que debemos tener especial cuidado puesto que nos convertirá en profesionales exitosos o en simples "cumple-horario" que tratan de acelerar el reloj mentalmente para poder irse de ese sitio de martirios que es su lugar de labores.

A los padres (madres): denle oporrunidad a sus hijos de probar distintas actividades, desde la cocina hasta la computadora, pasando por la música, el teatro, el submarinismo y cuánta cosa se les ocurra. Éso les dará un abanico de opciones que seguramente los inclinará más en favor de la elección correcta.

A l@s hij@s: si sienten deseos de realizar una actividad, háganselo saber a sus padres, busquen su apoyo y comprensión; profesores, curas y otras personas a nuestro alrededor también pueden brindar buenos concejos. Abran los ojos al mundo y vea cuán inmenso y maravilloso es... Vean cuántas cosas pueden hacer.

Para tod@s: sean felices, que el mundo es para éso... Y por más difícil que parezca, podemos alcanzar la felicidad si decidimos hacerlo de corazón.

Palabras de Sabiduría:
El éxito no es para los que piensan
que pueden hacer algo,
sino para quienes lo hacen.
Anónimo

lunes, 17 de agosto de 2009

Un ciclo interminable

Hace apenas un par de días, sufrimos una pérdida tan inesperada como irremplazable en la familia. Mi tía Fiorella Martínez de Moreno se despidió de esta vida (sólo de esta) acompañada de buena parte de su familia, quienes nos encontrábamos al tanto de la situación de salud delicada por la cual atravesaba y rezábamos por el mejor desenlace de la misma.

Lo que me obligó a pensar de esta situación fue, precisamente, ella misma. Hubo opiniones encontradas, seguramente influenciadas profundamente por las vivencias de cada uno de nosotros. Una profunda desazón hirió a la gran mayoría, un profundo sentimiento de vacío, acompañado de injusticia y una total impotencia ante las circunstancias que algunos llaman destino, otros le dicen obra de Dios y algunos simplemente cosas que pasan.

Muchas emociones se encontraron. La tristeza, la rabia, la impotencia, la preocupación, la alegría, el descanso, la fe... El amor! Y es que en tan sólo un fin de semana, nos reencontramos tantos familiares que no nos veíamos hacía años, y es que hasta despidiéndose de nosotros, mi tía Fiorella, tan única y amorosa como siempre, nos reunió una vez más... Igual que hace unos 20 años lo hiciera para celebrar una fiesta por el cumpleaños de uno de sus hijos, sobrinos, hermanos, primos, etc. Hasta en el último momento, su sóla presencia (y ausencia) hizo que nos uniéramos de nuevo, como el agua, gotas que se cohesionan para formar algo más fuerte... Así mismo, cada uno de nosotros acudió a este llamado y nos convertimos en algo naturalmente poderoso e inquebrantable... La familia.

Es entonces ahora cuando debemos estar más que claros, que si a nuestro lado (físicamente) mi tía Fiore nos unió, ahora que está siempre cuidándonos, protegiéndonos y guiándonos (porque no puede ser otra manera) la familia es el apoyo y la razón para sentir una inmensa alegría de tenernos los unos a los otros.

Y quiero explicar bien que en este ciclo interminable de la vida (y la muerte) lo que tenemos que notar es la cantidad de alegrías que nos brindó Fiore y no las tristezas, si acaso hubo alguna. Porque la tristeza de no tenerla al lado, no la genera ella, sino nuestro propio egoismo que no quiere renunciar a tan sublime presencia generadora de bondad, felicidad y dicha.

Desde este pequeño rincón, minúsculo en la inmensidad de internet como un grano de arena en una playa, quiero pedirte tiíta amada que veles por todos los que te queremos (y no lo digo en pasado porque mientras tu recuerdo esté en mí, te seguiré amando igual que la primera o la última vez que nos vimos). Quiero pedirte que, sobre todo, cuides a mi tío Conrado y a Juanqui y Conra, que me consta lo mucho que te extrañan.

Si eres ahora un ángel, como bien te lo mereces, agita tus alas fuertemente a su lado, para que sientan el frescor de tu amor. Y si estás naciendo a una nueva etapa, espéralos y guíalos entonces para que aprendan aún más que ahora.

Hasta luego, mi tía Fiore. Que para un mundo de millones de años, 20, 30 o 50 no son más que un ratico... Así que en un ratico nos vemos.

Tu sobrino... Tu huesito. El Flaco.