viernes, 26 de noviembre de 2010

Cacheteado por mis propias palabras

Fixed Heart Anoche fue bastante terrible la hora de dormir…  Ella no salía de mi cabeza.  Su imagen me acosaba en el techo, en el escaparate, en el piso…  hasta debajo la cobija.  Finalmente…  Oculto bajo sábana y cobija, me quedo dormido eventualmente…

Me levanto al oír la voz de mi hermana.  Voy al baño a asearme.  Cepillo de dientes en mano, me miro al espejo y pienso Dude! What’s wrong? You look like shit! (Viejo, ¿Qué pasó? Te ves hecho una mierda).  El espejo sonríe con algo de sorna y me responde directo a la mente Yeah! I feel like shit, so leave me alone! (¡Sí! me siento como mierda, así que déjame en paz).  Termino de asearme sin prestarme más atención.  Me peino un poco…  Termino de vestirme y saliendo, mi hermana de nuevo.  La llevo al colegio.

Camino al trabajo, Tiempo de Cuaimas de nuevo…  El tema:  “El Rechazo”.  Y pienso: Lo que me faltaba.  Miro al cielo y digo Gracias…  con un dejo de cansancio.  Un súbito impulso lleva lágrimas a mis ojos.  A buena vaina…  Ahora si me acomodé yo.  Siento que todo sigue revuelto dentro de mí, pero puedo sentir que tal vez no se trate sólo de mi.  Es ella.  Me pregunto ¿Estará leyendo lo que escribo? Supongo que sí…  La estás cagando, Guácharo.  Me increpo.

Tranca en la autopista, subo por la rampa de Altamira hacia la tranca segura de Plaza Francia, pero me desvío, tomo un atajo…  ¡Sirvió!  Casi no lo creo.  Continúo mi camino, no le presto demasiada atención a nada que no sea la vía o los carros más cercanos a mi.  Sigue Tiempo de Cuaimas, pero lo oigo…  No lo escucho, no me importa escucharlo hoy.  Sólo logra escabullirse una frase a mi cerebro en la tertulia de Vanessa y Noliyú.  Si te rechaza, él se lo pierde. Claro, ellas hablan en términos femeninos siempre…  Y pienso de nuevo ¿Y cuando alguien no se va a querer perder estas maravillas de personas que somos? Ironía.  ¿Qué estás haciendo, Alejandro? La ironía no es tu estilo.  No te dejes.  Sonrío.  Ahora resulta que me regaño más que de costumbre.

Estaciono, camino.  Llego a la oficina. Misma rutina, saco laptop, conecto todo, enciendo.  Otra erupción de lágrimas repentina.  Bien bello, pues.  Ahora voy a ser la Magdalena de la oficina.  Voy al baño, me enjuago la cara, respiro hondo.  Salgo y me avoco a las tareas de hoy.  Va pasando el tiempo y de tanto en tanto, las erupciones llegan.  Unas cuantas lágrimas se cuelan de tanto en tanto.  Franelazo y las seco.  SHIT! Tengo la nariz tapada y ahora moqueando.  Ahora voy a ser el mocoso de la oficina.  Con la cara de pocos amigos que cargo no creo que alguien vaya a decirme nada.  Llega Carolina.  Me da la mano, me abraza y pregunta ¿Cómo estás? Respondo casi inconscientemente Ahí. Pienso que debo desayunar.  Carola, ¿ya comiste?  Me ve con comprensión.  Me excuso diciendo que quedó el otro yogurt en la nevera.  Pero quiero un café, bajamos y terminamos yendo al negocio de las empanadas.  Carolina me reconforta y con su bebé en el vientre, se debe alimentar bien.  Yo invito.  Y además me compro una empanada.  Subimos, comemos, hablamos, nos vamos a trabajar.  Pasadas las 10 de la mañana comienzan a titilar un montón de ventanitas en mi escritorio.  Chats.  una cantidad insólita de gente me pregunta cómo me siento.  Trato de explicarle a cada un@ que en la mayoría de las partes de mi vida, estoy en excelentes condiciones, pero que mi corazón se encuentra en un torbellino de emociones que no sabe manejar.  Eso es lo que me tiene mal.

Tod@s van cediendo a mis explicaciones y algun@s me dicen que nos veamos.  Espero poder reunirme con much@s de ell@s, aunque sea para abrazarl@s y agradecerles.  Cada un@ me hizo sentir que he hecho bien en la vida, puesto que me vieron en un momento duro y prestos vinieron a socorrerme con palabras de ánimo.  Gente desde la guardería, pasando por el colegio y la universidad hasta terminar con una compañera de mi trabajo anterior y una lectora de mi blog que llegó a él por comentarios en Tiempo de Cuaimas.  Tod@s me hablaron y me dieron ánimo.  Vaya si tengo suerte.  Cuento con una cantidad de gente espectacular a mi alrededor que se preocupa genuinamente por mí.  Y resulta que no lo sabía.  Una sonrisa genuina asoma en mi rostro.

Mi cara de agotamiento, sin embargo, habla de como me siento aun en el ámbito sentimental.  Sigo trabajando.  Carolina me espera para almorzar.  Creo que en parte sabe que como me preocupo por el bebé y quiero que coma bien, aunque no tuviera muchos deseos, iré con ella a comer “bien” en el Centro Comercial.  Ella invita.  Hablamos, discutimos (en buenos términos), ella expone puntos, yo también argumento.  Vamos por el café de costumbre.  Yo invito. Y le invito la torta…  El antojo de hoy.  Me habla del bebé.  Sabe que eso me hace feliz.  No me gusta verte así… Me dice eventualmente.  A la oficina de nuevo.  Trabajo.

Aparecen un par de ventanitas de chat más.  Una bella amiga de la universidad me habla, me pide que le explique con un poco más de detalle.  Utiliza una lógica irrefutable y además me dice: Yo estuve en sus zapatos, yo sé lo que es eso.  Dale su espacio.  La última frase me llega al rostro como una cachetada.  ¡Es su espacio! ¡Libertad! vienen los pensamientos a mi cabeza.  Me termina de zarandear como un perol a punta de palabras muy bien organizadas y argumentos que me hacen pensar en mi mismo analizando los problemas de alguien más para ayudarlo.  Vaya, ¡pero es que estoy embrutecido!

Terminamos de hablar y me doy cuenta.  ¡Miedo! ¡Un miedo terrible a perderla! Pero que estupidez, ¡estoy escuchando al miedo!  Otra compañera de trabajo me dice que la puse a llorar como una quinceañera en drogas.  Me carcajeo, no puedo evitarlo.  Sólo a ella se le ocurriría tal cosa.  me manda a escuchar unas canciones que son como puñales.  Pero ya no lo son.  Porque me develaron el problema.  Le prestaba más atención a mi miedo que a mi amor por ella. ya no más.  Comienzo a reír.  Me siento feliz por el vuelco del día.  Pienso en ella y sólo recuerdo los buenos momentos.  Y espero y confío que nuestra conexión le permita sentir lo que yo estoy sintiendo. Si es para ti, si ella es como tú piensas, la indicada…  Vendrá en el momento exacto.  Esas palabras se quedaron dando vuelta en mi cabeza.  Confío en mi amor, confío en su sinceridad y confío en lo que vivo y siento.  No hay más lágrimas.  Hasta mi mamá me llamó y repitió lo mismo...  Dale tiempo… ya vendrá.

Llega la que llora como una quinceañera en drogas.  Me abraza.  Estoy escuchando If it kills me de Jason Mraz.  ¡Guacharito! ¿Estás al borde de la muerte? ¿Qué es esa canción?  Y me río y le digo: No trata de suicidio ni nada por el estilo.  Y es una muy buena canción.  Comenzamos a escuchar canciones de esas como puñales y me dice que la voy a hacer llorar en serio.  Vamos por un café.  Hablamos.  Y me dice que confíe en Dios.  Que Él sabe lo que hace. Y que rece.  Y la quiero por eso.  Hoy Dios me mandó el escuadrón completo de rescate de corazones heridos por el miedo.

Llega a mi cabeza un artículo de hace unas 3 semanas.  El amor es y con eso basta.  Me río de mi mismo y de cómo puedo ignorar mis propias palabras.  Me siento enormemente mejor.  Una frase de ella aparece en mi pantalla.  Sólo confirma lo que pienso.  Está allí, debo confiar, debo dejarla pensar.  Debo mantenerme firme.  Tomo al miedo por la pechera y le digo directo a los ojos: ¿Sabes qué? ¡Jódete! ¡No te quiero volver a ver cerca de mí…  O de ella!  Siento la libertad una vez más.  Me siento dichoso sólo por saber que existe, sólo por saber que existo para ella.  Me siento bien de entregarle el amor que le entrego cada día.  Cada noche en estas letras… hasta que volvamos a la normalidad.  Sé que está preocupada, puedo sentirlo.  Y hoy, aunque me sentía muchísimo mejor y más tranquilo, tenía que dejar salir también esta tranquilidad y derramarla en palabras sobre estas líneas para que, si pasa por aquí, sepa que este amor es real.  Tan real que no dudará nunca más ni de mí, ni de ella, ni de el amor en sí…  Porque el amor es…  No necesita pruebas, está, se siente, y el amor no duele…  Me dolía el miedo y ya lo saqué de nuestro camino.

Hoy, que fue día de acción de gracias, agradecí a Dios por mandarme a tanta gente a decirme cuánto valgo y recalcarme lo mismo.  Si es… Ella vendrá, ella se dará cuenta. No te preocupes.  Hoy le agradecí al Señor por mi familia, mi madre que en un par de frases me adivinó la tristeza y estuvo hablando conmigo.  Mis amig@s, sencillamente espectaculares.  No puedo quejarme, sólo puedo agradecer la suerte tan maravillosa que he tenido.

My heart Y si lees esto, tú a quién aquí sólo llamo ella, a ti te agradezco hacerme sentir tan dichoso, tan capaz de dar amor, tan capaz de hacerte feliz, tan capaz de provocar sonrisas, tan capaz de devorarme al mundo.  Te agradezco la huella que ya estás dejando en mi corazón.

Como Buzz Lightyear!

4 comentarios:

  1. Hola Silvarion, solo quiero darte las gracias porque tus palabras me han servido mucho. Estoy pasando por una situación algo parecida. Tu entrada me ha dado luz y me ha ayudado a entender un poco mejor mis sentimientos...
    Que Dios te Bendiga.
    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Me encanta saberlo Ana. Espero que te den luz, como las palabras de mis amig@s más cercanos me la dieron a mi. Ahora entiendo perfectamente la evolución de un ave fénix. Me sentí absolutamente extraviado y ahora, soy yo quién guía mi vida y nunca más me detendré por miedo. Creo que luego le dedicaré todo un artículo al miedo y cómo mandarlo a la porra! Felicidad, Ana... Y bendiciones... Siempre bendiciones!

    ResponderEliminar
  3. verga dude!... te mando un gran abrazo man... espero nos veamos muy pronto para ponernos al día de esta y tantas otras cosas. Estoy tranquilo pues se lee que la tormenta perfecta está desvaneciendose pues tú mismo la estás desarticulando... bien por esa tipo!! ahí nos olemos...

    "Llévame a la granja"...

    ResponderEliminar
  4. Miamorcitiiiiiiiiico!!! Que bueno saber de tí, por aquí también!!

    Hermano... Por gente como tú es que soy quien soy, estoy donde estoy y logro ponerme en pie para mantener la actitud positiva.

    Gente que de una u otra manera le hace saber a uno que forma parte de esa gran familia que son los amigos.

    Gracias por estar pendiente!

    ResponderEliminar

Deja tu comentario, nada es más gratificante que saber que algo de lo publicado en este blog resonó de alguna forma en tí!