El feminismo y la pérdida de la femineidad

Otra vez las teclas parecen cobrar vida bajo mis dedos inquietos mientras las ideas se agolpan en mi mente, buscando salir con rapidez, no vaya a ser que se pierdan en las idas y venidas de mi pensamiento.

El siglo XX fue de grandes batallas y logros para la mujer.  Todo comenzó con un grupo de mujeres que iniciaron el movimiento de Liberación Femenina en Inglaterra, exigiendo su derecho al voto.  Luego, junto con las que adoptaron aquellas ideas en el Nuevo Mundo, fueron conocidas como sufragistas.  Poco a poco las mujeres fueron ganando más y más terreno y hoy en día son parte importante de muchas organizaciones, universidades y países.

No veo por qué alguien habría de oponerse a tal cosa.  Me gusta una mujer independiente, me gusta que se valgan por sí mismas y que no se sientan disminuidas ante los retos.  Me gustan las mujeres que estudian, que son cultas, que argumentan, que leen.  Me gustan las mujeres que pueden adaptarse a una cena de gala y a un campamento de aventura.  Me gustan las mujeres que aman su trabajo y que lo hacen profesionalmente.  Me gusta que tengamos los mismos derechos.  Me gusta que me inviten de ves en cuando.  Me encanta cuando escucho de labios de una mujer una opinión basada en hechos y deducciones lógicas.  Me gusta que sean decididas y con visión.  Que tengan sueños, metas y la voluntad para lograrlos.

Sin embargo, todos los extremos son malos.  Cuando comienzan a protestar porque mujeres con cuerpazos salen en bikini o porque alguien les dijo que estaban bonitas (porque lo único que les vio según ustedes fue el físico) entonces estamos cayendo en un terreno escabroso que pasa de la igualdad de derechos a la igualdad de idiotez.  Porque sí, de ambos lados hay idiotas y extremistas.  Y son justamente los que le dan el mal nombre tanto a las mujeres como a los hombres.

Ahora sí les digo, ¡abran los ojos!  Cuando un hombre es caballeroso con ustedes no significa que las crea inútiles, inferiores, tontas o minusválidas.  Abrirles la puerta (de una habitación, local comercial, carro, etc.), ofrecerles la mano o el brazo como apoyo para subir o bajar de algún sitio, servirles la bebida o la comida y algunos otros detalles son una muestra de apoyo y de presencia.

Déjense de pensar que porque les dijeron que están bellas las están tratando como objetos sexuales.  No piensen que si pagamos la salida es por que las queremos esclavizar.  Si nos ofrecemos a hacer algo en lugar de ustedes no es porque pensamos que ustedes no pueden hacerlo, es simplemente un gesto de cortesía.

Por favor, al hacerse independientes hasta llegar el extremo, pueden llegar a conseguir justamente un patán y no un caballero para que las acompañe o aun peor, conseguir un caballero y volverlo un patán por rechazar sus gestos.  Un tipo normal, que podrí tener ciertos gestos nada más que por imitación puede llegar un verdadero troglodita si observa que sus actos caballerosos y gentiles no le reportan sino pérdida de esfuerzo y energía.

Mujeres, déjense consentir, mimar y acariciar con gestos y palabras…  Y hagan lo propio con sus parejas.  Querer, mimar, consentir nunca las rebajará.  Serán las misma profesionales de siempre y seremos todos más felices.

Palabras de Sabiduría:

Lo cortés no quita lo valiente

(Anónimo hasta que alguien chille)