jueves, 17 de septiembre de 2009

¿Destino o Decisión?

Cuántas veces hemos escuchado cosas como: ¿Para qué luchar contra el destino? Estaba destinado a ser así. A quienes nacieron con estrella y quienes nacieron estrellados.

A quienes incluso apoyan la hipótesis de una vida escrita, con un principio, un serie de eventos y un final predeterminados e inamovibles.

Otros apoyan con una vehemencia casi febril que todo depende de nosotros, que no hay nada escrito, que todo lo hacemos o lo deshacemos.  Que nada hay en las páginas de la vida.

Para mí, el asunto es una especie de mezcla entre ambas teorías.  Creo que hay puntos de quiebre (Milestone). Milestones, en los cuales tomamos decisiones que nos llevan por distintos caminos hacia el siguiente punto de quiebre.

Desde mi punto de vista, “nada sucede por simple azar” como bien lo dice Richard Bach en el libro del mismo nombre.  Los encuentros no son fortuitos, jamás lo son.  Pero depende de nosotros aprovecharlos o no.

Cuando nos conseguimos con un trabajo, un negocio, una persona, una oportunidad de cualquier cosa…  Decidimos ir o no ir en ésa dirección… 

Nada mejor para ilustrar esa situación que una historia (chiste) sobre una gran inundación y un ferviente  creyente que insistentemente aseguraba que Dios lo salvaría.  Es el caso que el sujeto estaba sobre un techo, con el agua comenzando a llegar a éste y pasa una lancha de rescate; le dicen que se monte para que se salve y su respuesta es tajante: – Aquí me quedo, porque confío en Dios y Él me salvará.  La escena se repite con 2 botes salvavidas y 2 helicópteros que debido a las condiciones del clima y la situación de riesgo deben optar por abandonar al hombre a “su suerte”.  Como es de esperar, el pobre hombre muere entre el ahogo y la hipotermia.  Al llegar al Cielo, decepcionado, le pregunta a Dios: ¿Por qué si confié en Ti hasta mi último aliento me dejaste morir?  A lo que Dios simplemente responde: No es mi culpa, hijo mío; Yo te mandé 3 botes salvavidas y 2 helicópteros…  Y no te montaste en ninguno de ellos.

Como bien explica esta historia…  El destino es efectivamente modificable…  Su llegada a la muerte era inevitable, como lo es para todo ser vivo.  Sin embargo, podemos tomar la ruta corta o la panorámica…  Y eso, es decisión nuestra.

Por eso, mis muy queridos lectores, desde aquí les digo que traten siempre de tomar decisiones de punto de quiebre con las que estén absolutamente de acuerdo, ya que esas son las que van a definir algunos caminos en nuestra vida.

 

Palabras de sabiduría:

 Nothing happens by chance, my friend…
Not such thing as luck

Richard Bach
Nothing Happens by Chance

1 comentario:

  1. Solo deseo que ese bote o ese helicóptero te lleven a puerto seguro y no sea un espejismo.

    Dios guie tus pasos hacia la verdad y hacia esa felicidad que tanto anhelas.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario, nada es más gratificante que saber que algo de lo publicado en este blog resonó de alguna forma en tí!