martes, 24 de mayo de 2011

Libertad, decisiones y algo de amor

Amar o dependerHace algún tiempo que no escribía acerca de estos temas a la vez.  Sin embargo he estado leyendo un libro que me ha parecido muy esclarecedor, además de entretenido.  Se trata de ¿Amar o depender? de Walter Riso.

Mientras avanzaba en sus páginas, veía pasar mis relaciones anteriores, las ponía detrás de los anteojos de estos nuevos conocimientos y teorías (al menos para mí) y me daba cuenta de los errores cometidos, de las causas más allá de los síntomas y de por qué cada una de esas relaciones se convirtieron en “anteriores”.

Incluso he puesto en tela de juicio mi relación actual, considerando mis sentimientos, mi situación, mi comportamiento y todo eso en mi contraparte, o debería decir, mi complemento.

El punto es que vuelvo a insistir en una teoría expuesta en este blog hace un tiempo ya.  Amor en libertad.  Libertad, plena, sana y completa.  No se trata de ser despegado, sino desapegado, en el mejor sentido de la palabra.

Decidir... Sólo uno mismo está en capacidad de tomar decisiones para el mejoramiento de su vida.  Tu familia, tus amigos, tu entorno, tu trabajo, absolutamente todo depende de decisiones que has tomado en tu vida.  Ya sé que la familia es “a juro” según muchos piensan, pero me refiero a TU FAMILIA, tu núcleo familiar, el que tú formas o quieres formar.  Sea cual sea el caso, debemos estar consientes de que cada paso en nuestra vida se ha dado tomando decisiones, aún cuando la decisión sea… No tomar una decisión.

Me han dicho cosas buenas y cosas malas después de tomar decisiones.  Me han señalado y me han dicho desde ángel hasta “abandonador”, centrando situaciones y circunstancias en mí y sólo en mí y mis decisiones, sin tomar en cuenta que las decisiones de acción u omisión de mis señaladores han influido en los caminos que he elegido.

Amor en terapiaDe la unión de los párrafos anteriores surge que al estar en una relación, debemos mantenernos alerta, no como cuando sabemos que algo malo puede pasar, sino alerta como cuando cuidamos a alguien, prestando atención a cada detalle.

El amor es una parte muy importante de nuestras vidas, en cualquiera de sus formas: pareja, familiares, amigos… Por ello, debemos estar atentos, alerta a cualquier síntoma de malestar para poner remedio y mantenerlo sano.

¿Lo conseguimos? Al mismo tiempo, esta búsqueda de la salud de la relación (y algunas conversaciones que he tenido hace poco) me llevaron a preguntarme un par de cosas: ¿cuándo podemos considerar que hemos conseguido a nuestra “media naranja”? ¿cómo saber cuándo el esfuerzo de mantener el amor en un estado sano es aceptable y cuándo deja de serlo?

Alguien me comentó una vez que: nunca le ha sido fiel a ninguna pareja porque después de un tiempo, se aburre.  Le gusta alguien más o alguna otra cosa sucede.  Desde mi óptica, la rutina, la falta de mantenimiento del romance, la pasión y otros aspectos de la pareja hacen que el amor se vaya marchitando, lo cual lleva a esa infidelidad, no hacia el otro sino hacia lo que uno mismo dice sentir.

Mira con el corazón Podemos jurar y perjurar que amamos, adoramos y damos la vida por el otro.  El mundo entero puede ser testigo de que lo gritamos a los cuatro vientos y lo publicamos hasta en Facebook, pero nuestro corazón es sordo y no oye tales gritos y es ciego, incapaz de leer los muros de Facebook, los mensajes de twitter o las fotos con comentarios amorosos.  Lo que no es el corazón es mudo…  Y tarde o temprano grita tan fuerte que ensordece cualquier intento por acallarlo.  A lo que me refiero es a no engañarnos.  No engañar a los demás y sincerarnos plenamente.

Al hacer esto, podremos diagnosticar los problemas más profundos de la relación (o detectarlos antes de que se vuelvan profundos) y eso llevará a una mejora significativa de la relación afectiva y de nosotros mismos.


Palabras de Sabiduría:

No pido que me libres de todos los peligros,
sino valentía para enfrentarme a ellos.
No pido que se apague mi dolor,
sino coraje para dominarlo.
No busco aliados en el campo de batalla
de la vida, sino fuerzas en mí mismo.
No imploro con temor ansioso ser salvado,
sino esperanza para ir logrando,
paciente, mi propia libertad.

Tagore

2 comentarios:

  1. La rutina en una relacion no es mala ni contraproducente. De hecho, por definicion, nuestras vidas son rutinarias. La rutina no aburre, mas bien da seguridad.

    El que a alguien le moleste la rutina que hay en su vida es signo de que hay "algo" que le molesta, y no sabe que. La molestia por la rutina es, por tanto, un sintoma y no una enfermedad.

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  2. Pienso q cuando una relacion comienza a volverse monotona y rutinaria terminas mirando a los lados, interesandote por otras cosas q parecen ser mas interesantes o entretenidas. Toda relacion cae irremediablemente en la costumbre, el secreto es darte cuenta a tiempo y si crees q esa relacion vale la pena, poner lo q esta en tus manos para darle una terapia de "shock" y avivarla de nuevo. Volver a lo q hacian al principio, inventar una escapada un fin de semana, o experimentar un nuevo hobby, o hasta hacer el amor en un sitio diferente pueden avivar nuevamente esa llama y renovar esa relacion.

    Las personas q son infieles muestran un grado de egoismo muy grande ya q buscan experimentar cosas nuevas con personas nuevas pero sin dejar la seguridad q tienen con su pareja. Porq no experimentar esas cosas nuevas con su pareja, o mejor aun, porq no dejar libre a esa persona para q tenga la oportunidad de vivir una relacion con alguien mas?

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