martes, 13 de julio de 2010

Si no eres parte de la solución…

Mis muy querid@s lectoræs.  Hoy escribo por una actitud que constantemente veo y trato de mover a la gente a cambiar.  En múltiples ocasiones, me consigo con gente que se queja de la vida que tiene, del trabajo que (no) tiene, de la pareja que (no) tiene o de cualquier cosa que pueda estarle molestando.

Resulta que entonces te consigues con alguien que te dice que su trabajo le aburre, que está cansado, que no le pagan bien, que quiere cambiarse, que quiere mejorar.  Y cuando le preguntas en cuántos trabajos se ha postulado o si está buscando o si por lo menos le ha dicho a sus amigos que muevan su hoja de vida por ahí a ver si consigue algo mejor, las respuesta es un simple NO.

Vas y te consigues con la gente que siempre ESTÁ PENSANDO cambiar, pero que al fin y al cabo, NUNCA ACTÚAN para ir hacia ese cambio.  Ves gente que una y otra vez se estrellan contra la misma pared y por más que les digas que cambien de rumbo porque van contra la pared, no cambian ni el rumbo ni la velocidad y se escudan en un no puedo porque no soy como tú.

Eso me hace recordar el primer capítulo del libro Ilusiones de Richard Bach, en el cual, un Mesías trata de convencer a la gente de que ellos pueden hacer todo cuanto él hace, sólo tienen que creer.  Pero la muchedumbre sólo se asomaba y lo veía como si fuera un extraterrestre, porque él era un Mesías y ellos no.  Pero resulta que lo que esa multitud de gente nunca percibió es que el Mesías era tan humano como ellos.

Y es lo que pasa la mayoría de las veces.  Vemos gente exitosa y deseamos ser como ellos, pero ¿qué es lo que tienen ellos que nosotros no? Actitud.  ¿Acaso son extraterrestres? Para nada.  ¿Son tan distintos a nosotros? En lo absoluto. ¿Son tan inalcanzables? Están a la distancia de una decisión.

En mi opinión, hay dos actitudes que podemos tomar en la vida: ser espectadores o protagonistas.  Podemos dejar que la corriente de la vida nos arrastre a la deriva y ver como otros nadan hacia los lugares donde desean estar.  Podemos maravillarnos de su grácil estilo, de la fluidez de sus movimientos mientras nosotros flotamos sin rumbo alguno.  O bien podemos comenzar a nadar y llevar el curso de nuestro destino.  Podemos bracear con tanta fuerza como queramos, aprovechando oleadas que nos impulsen a nuestro destino elegido y dejando atrás aquello que nos pueda alejar.

Si tú, mi querid@ amig@ lector(a), piensas que las palabras en este blog y muchos otros son palabras escritas por un profesional, te equivocas.  Somos gente tan común y tan aficionada a escribir como cualquiera que sienta deseos de comunicarle sus conocimientos y experiencias a los demás.

Tú y sólo tú, decides dónde estás y por qué.  Y si no te gusta dónde estás, entonces cámbialo.  Decídelo y ejecuta un plan para alcanzar todo lo que quieras, porque lo único que hace falta para hacerlo, son ganas.

Puedes ser el protagonista de tu propia vida, sólo tienes que decidirte.  Ver o hacer.  ¡La respuesta está en tí!

Palabras de Sabiduría:

Si no eres parte de la solución, eres parte del problema

Vladimir Lenin

2 comentarios:

  1. Muy motivador este artículo, vale la pena guardarlo, y, en esos días cuando todo es desánimo, tomarse un par de minutos para refrescar este buen contenido! Saludos ;)

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  2. Bien dicho, Chuchú. Hay muchísimos factores que afectan esa actitud. Hay aspectos orgánicos. Hay días en que uno piensa que lo malo de uno son los demás... Pero al final, siempre es uno el que toma la decisión de seguir el camino soñado el camino que uno cree que le toca. Y me encanta saber que has decidido andar tu camino soñado :)

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