lunes, 17 de agosto de 2009

Un ciclo interminable

Hace apenas un par de días, sufrimos una pérdida tan inesperada como irremplazable en la familia. Mi tía Fiorella Martínez de Moreno se despidió de esta vida (sólo de esta) acompañada de buena parte de su familia, quienes nos encontrábamos al tanto de la situación de salud delicada por la cual atravesaba y rezábamos por el mejor desenlace de la misma.

Lo que me obligó a pensar de esta situación fue, precisamente, ella misma. Hubo opiniones encontradas, seguramente influenciadas profundamente por las vivencias de cada uno de nosotros. Una profunda desazón hirió a la gran mayoría, un profundo sentimiento de vacío, acompañado de injusticia y una total impotencia ante las circunstancias que algunos llaman destino, otros le dicen obra de Dios y algunos simplemente cosas que pasan.

Muchas emociones se encontraron. La tristeza, la rabia, la impotencia, la preocupación, la alegría, el descanso, la fe... El amor! Y es que en tan sólo un fin de semana, nos reencontramos tantos familiares que no nos veíamos hacía años, y es que hasta despidiéndose de nosotros, mi tía Fiorella, tan única y amorosa como siempre, nos reunió una vez más... Igual que hace unos 20 años lo hiciera para celebrar una fiesta por el cumpleaños de uno de sus hijos, sobrinos, hermanos, primos, etc. Hasta en el último momento, su sóla presencia (y ausencia) hizo que nos uniéramos de nuevo, como el agua, gotas que se cohesionan para formar algo más fuerte... Así mismo, cada uno de nosotros acudió a este llamado y nos convertimos en algo naturalmente poderoso e inquebrantable... La familia.

Es entonces ahora cuando debemos estar más que claros, que si a nuestro lado (físicamente) mi tía Fiore nos unió, ahora que está siempre cuidándonos, protegiéndonos y guiándonos (porque no puede ser otra manera) la familia es el apoyo y la razón para sentir una inmensa alegría de tenernos los unos a los otros.

Y quiero explicar bien que en este ciclo interminable de la vida (y la muerte) lo que tenemos que notar es la cantidad de alegrías que nos brindó Fiore y no las tristezas, si acaso hubo alguna. Porque la tristeza de no tenerla al lado, no la genera ella, sino nuestro propio egoismo que no quiere renunciar a tan sublime presencia generadora de bondad, felicidad y dicha.

Desde este pequeño rincón, minúsculo en la inmensidad de internet como un grano de arena en una playa, quiero pedirte tiíta amada que veles por todos los que te queremos (y no lo digo en pasado porque mientras tu recuerdo esté en mí, te seguiré amando igual que la primera o la última vez que nos vimos). Quiero pedirte que, sobre todo, cuides a mi tío Conrado y a Juanqui y Conra, que me consta lo mucho que te extrañan.

Si eres ahora un ángel, como bien te lo mereces, agita tus alas fuertemente a su lado, para que sientan el frescor de tu amor. Y si estás naciendo a una nueva etapa, espéralos y guíalos entonces para que aprendan aún más que ahora.

Hasta luego, mi tía Fiore. Que para un mundo de millones de años, 20, 30 o 50 no son más que un ratico... Así que en un ratico nos vemos.

Tu sobrino... Tu huesito. El Flaco.

3 comentarios:

  1. Buenas noches, amigo no sabía lo de tu tia. En estos momentos tan difíciles que nos da la vida NO hay palabras que nos consuele, por lo que leo era un ser muy especial para ti, recibe mis más sentidas palabras en este momento.
    Quizás cuando suceden estos hechos, los recuerdos de las personas que ya se han ido vuelven a salir, con eso NO quiero expresar que se olvidan, para nada. Solo que los recuerdos y esas vivencias bellas nos invaden, nos sensibilizan más.
    Tu has sido, junto a mi gran amiga fuenma las personas que aún sin estar a mi lado en esos dias tristes de mi vida han dado lo mejor de ustedes para sentirme apoyada y querida.
    Abrazos de todo corazón, y Dios te de Paz!!!!!!
    Mis saludos y mis respetos.
    Maclori

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