viernes, 22 de mayo de 2009

"Tú y yo" vs "Nosotros"

Continuamente, gracias a la naturaleza humana, nos vemos en situaciones donde ciertos esquemas (como el del yo) se resquebrajan para dar paso a algo más grande; Tú (ustedes) y Yo, o bien, Nosotros.

Todos acostumbramos, donde quiera que vamos, a formar parte de un grupo, una pareja, una familia o algo similar, lo que conlleva instintiva y emocionalmente a crear ciertos lazos de amor (amistad o como quieran llamarla) que nos inclinan a seguir cierta inercia que tiene el "plural" al que nos integramos.  Sin embargo, debemos estar conscientes que no se debe dejar el yo de lado y desecharlo para entrar en el nosotros, sino incluirlo como parte de éste último.  Es decir, la matemática no debe fallar... 1+1 es 2 y nunca será 1.

Todos y cada uno de nosotros nacimos únicos, con un alma indivisible, con un código genético irrepetible, con huellas digitales que nos pertenecen unívocamente...  Nacimos como individuos.  Ergo, nuestra identidad debe mantenerse incólume aun cuando nos identifiquemos plenamente con un grupo o con nuestra pareja.  Debemos seguir siendo el yo mismo en esencia y alimentar el nosotros con nuestra identidad, destacarnos como un nuevo elemento particular e inigualable del sistema al que entramos.

Pero aclaro, mantener la identidad, la individualidad, no significa volverse un ente inamovible, inflexible e incapaz de cambios adaptativos; ello sólo indicaría que hemos muerto.  Cambiar o adaptarse no significa en ningún caso desechar nuestro ser y adoptar uno nuevo, sino moldear nuestro auténtico yo para que se incluya en el nosotros pero claramente como Tú (ustedes) y Yo y no como un Nosotros que difumine nuestra identidad a tal punto que no podamos reconocernos después de la integración.

Finalmente, si un nosotros l@s obligara a deshacerse de su yo en función de ellos, la integración resultará, como siempre, agradable en principio y nos sorprenderemos de la capacidad de adaptabilidad que tiene el ser humano; pero nuestra característica de individuos comenzará a buscar una salida, una brecha en el muro con el que tratamos de ocultarla, nuestra esencia, el ego cambiado o no, se debatirá, se inflamará hasta arder y quemarse y como el ave fénix resurgirá de sus cenizas, incendiando todo a su paso y buscando imponerse como es su propia naturaleza (la del ego).

Para evitar este tipo de eventos traumáticos en las relaciones humanas, debemos entonces defender nuestro ego, pero negociando cambios que permitan moldear un nosotros sincero que incluya a cada elemento como un yo particular que cumple una función bien definida.

Palabras de sabiduría:

Ser feliz, depende de tomar la decisión de serlo.

Jesús “Silvarion” Sánchez

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