Quiero conocerte, así como te he visto.
Quiero conocerte, como aún no te he visto.
Quiero leerte menos y entenderte más.
Quiero entender tus palabras
fuera de circunstancias e interpretaciones.
Quiero leer tus gestos más allá de tus palabras.
Quiero que nuestros discursos sean siempre genuinos,
que provengan de esa difícil unión del corazón y la razón.
Quiero que la violencia sea un tema de conversación
y no de disculpas o perdones entre nosotros.
Quiero que tus abrazos se sientan protectores
y que nunca resulten invasores.
Quiero saberte conmigo, pero jamás mía.
Quiero conocer el origen de tus pensamientos,
la razón de tus palabras
y hasta lo que motiva el tono de tu voz.
Quiero conocerte, desnuda el alma.
Sin nada que ocultar, sin nada que vetar.
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