Cada vez que emprendemos una búsqueda, un camino hacia una meta, indefectiblemente nos hacemos expectativas tanto en torno a la meta como al camino en sí mismo.
Suele suceder que cuánto más grandes son las expectativas, mayores son también las desilusiones, porque cuando no llegamos al objetivo o lo alcanzamos a medias, pues parece que todo aquello que era color de rosa pasa a ser gris y sin demasiado sentido.
Por esta razón debemos ser soñadores, pero con los pies en la tierra. ¿Cómo es éso? Simple. Desea siempre lo mejor, prepárate para lo peor.
Usando esta premisa, mantendrás tu optimismo. Desearás siempre que lo mejor llegue a tu vida y atraerás sólo cosas buenas. Preparándote para lo peor significa que debes estar preparado para una contingencia, pero no que estés esperando que suceda.
En cuestiones de amor, por ejemplo, el tema de las expectativas (las ilusiones) es tan crítico que algunas veces el enamoramiento surge en base a la imagen que nosotros mismos nos hacemos de la otra persona y no de lo que la otra persona es en realidad.
Es allí cuando surgen los reclamos para cambiar lo que no nos gusta de quién debería ser nuestra 1/2 naranja, pero parece más bien 3/4 o algo así.
¿Por qué es tan común este fenómeno? Porque cuando tratamos de conquistar a alguien, le mostramos lo mejor de nosotros y algunas veces hasta le mostramos lo que quiere ver y no quiénes somos internamente… ¿La solución? Fácil. Sé sincer@ desde el principio y espera lo mejor: que siendo tú mism@ le gustes lo suficiente como para comenzar a conocerse mejor. Al mismo tiempo prepárate para lo peor: ten en cuenta que pueden rebotarte como a un balón de bascket ball.
Lo importante es no enfrascarse en alguien y buscar gustarle por cualquier medio. Seamos nosotros mismos, al natural, siempre. Éso nos garantizará el éxito cuando consigamos a alguien que quiera estar a nuestro lado. Principalmente porque no va a tener que “calarse” nada, dado que lo mejor y lo peor, ya debería haberlo visto.
En casi todos los aspectos de la vida, sucede lo mismo. Cuando emprendemos un negocio. Cuando iniciamos una carrera. Cuando comenzamos en un trabajo. Cuando compramos algo. Todo gira en torno a las expectativas. Por eso, mientras menos se espere de algo o alguien, mejor nos sentiremos si los logros son finalmente mayores a los esperados.
La frase de hoy:
La desilusión es la distancia entre la expectativa y la realidad
Zahkul